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PROMETEO -2012-: ¿PROMESAS CUMPLIDAS?

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FICHA TÉCNICA
PROMETEO (Prometheus -2012-)
Brandywine Productions, Dune Entertainment y Scott Free Productions
Director: Ridley Scott

Producción: Michael Costigan, Michael Ellenberg, David Giler, Walter Hill, Mark Huffam, Teresa Kelly, Nicholas Korda, Damon Lindelof, Ridley Scott y Tony Scott

Guión: Jon Spaihts y Damon Lindelof

Música: Marc Streitenfeld

Diseño de producción: Arthur Max

Dirección de arte: Alex Cameron, Anthony Caron-Delion, Peter Homes, Paul Inglis, John King, Adam O´Neill y Karen Wakefield

Efectos especiales: Weta Digital, fx3x, Fuel VFX, Halon Entertainment, Luma Pictures, The Moving Picture Company, Lola Visual Effects, Company 3, Rising Sun Pictures, Invisible Effects, Prologue, Hammerhead Productions, Plowman Craven Associates, FB-FX, LifecastReelEye Company, Special Eye Effects y The Visual Effects Company

Protagonistas: Noomi Rapace (Elizabeth Shaw), Michael Fassbender (David), Charlize Theron (Meredith Vickers). Idris Elba (Janek), Guy Pearce (Peter Weyland), Logan Marshall-Green (Charlie Holloway), Sean Harris (Fifield), Rafe Spall (Millburn), Emun Elliott (Chance), Benedict Wong (Ravel), Kate Dickie (Ford), Patrick Wilson (padre de E. Shaw) y Lucy Hutchinson (E. Shawn de joven)

Duración: 124 minutos

En el año 2089, la arqueóloga Elizabeth Shaw descubre que en varios puntos del planeta se encuentran las inequívocas señales de visitas extraterrestres en un remoto pasado, llegando incluso a la conclusión de que estos seres han sido los artífices de nuestra existencia sobre el planeta.

Alentada por ello, la Corporación Weyland reunirá los fondos necesarios para poder llegar al planeta en donde se encuentra la poderosa raza alienígena a la que han denominado Los Ingenieros.

El objetivo de la astronave Prometheus es poder llegar a la luna conocida como LV-223, que se halla situada en un muy lejano sistema solar. Una vez llegados allí, la doctora Shaw tendrá la oportunidad de encontrar las respuestas a sus interrogantes sobre la existencia del hombre sobre el planeta Tierra. Pero lo que terminará descubriendo no será lo que había imaginado. El temor generado por esa terrible revelación, junto a las oscuras maquinaciones de la compañía que ha financiado todo, transformarán un viaje de exploración y descubrimiento en una peligrosa y mortal aventura.

Cuando en el año 2011 nos enteramos de que el genial director ingles Ridley Scott iba a filmar una precuela de la super exitosa Alien el Octavo Pasajero, sentimos que la vida sobre nuestro planeta por fin comenzaba a tener sentido.

¡Ridley Scott volvía, luego de muchos años, a la ciencia ficción!

Durante ese año, y el que vendría, Internet se encargó de mostrarnos una serie de trailers, falsas propagandas de la Corporación Weyland y unos cortos llamados virales, que se encargaron de alimentar las expectativas de todos los fans. Apoyado por esa vasta campaña mediática, la idea de la precuela dio un brusco un giro hacia un nuevo concepto argumental, que intentaría alejarla de su predecesora y, de paso, crear un nuevo universo fantástico.

La película sería conocida con el nombre de Prometheus y, en la Argentina, fue estrenada el 14 de junio de este año en gran cantidad de salas cinematográficas y en increíble 3D.

A pesar de todo lo dicho durante todo ese tiempo por el director y sus allegados, Prometheus no es una película independiente de Alien el Octavo Pasajero. Su impronta genética puede observarse a lo largo de todo el film. Está en parte de la música incidental, en la ambientación, en la pirámide y en la nave enterrada, en el piloto extraterrestre… y, por supuesto, en los monstruos que nos presenta.

Prometheus respira Alien por cada uno de sus poros  y cada escena que se va sucediendo nos va acercando de manera indefectible hacia la tan esperada precuela que aparentemente no querían hacer.

A su vez, en una especie de extraña contradicción, Prometheus no es Alien y está muy lejos de serlo. Pero, antes que alguno de ustedes piense que estoy loco y no sé de que estoy hablando, déjenme explicarles algo.

En mi vida de ávido consumidor de películas de ciencia ficción, hubo cinco producciones cinematográficas que marcaron de manera indeleble mi manera de ver esta temática.

La primera fue 2001, Una Odisea Espacial (Stanley Kubrik -1968-) la cual me hizo creer que un futuro grandioso podía ser posible.

Otra fue Blade Runner (Ridley Scott -1982-) en donde se me mostró otro futuro, terrible e incluso más probable que el anterior.

La tercera fue La Guerra de las Galaxias (George Lucas -1978-), que se encargó de gritarme:- “¡La imaginación no tiene límites!

Tampoco puedo dejar de lado a The Matrix (Andy y Larry Wachowski -1999-) cuyo mundo virtual trastocó mi percepción de lo que era real y lo que no.

La última, pero no por eso la menos importante, fue Alien el Octavo Pasajero(Ridley Scott -1979-). Su estética visual y su clima de horror gótico alimentaron ese miedo primigenio de anida en el alma de todo ser humano. Cuando la vi, supe por fin que el terror podía no llegar a tener una forma definitiva.
Prometheus, a pesar del gran presupuesto con el que contó y de sus increíbles efectos especiales, no logró nada de eso. No digo que sea una mala película, todo lo contrario, pero no es más que una buen film de ciencia ficción como tantos otros que han venido estrenando a lo largo de estos últimos 10 años. No es ni de lejos un punto de inflexión… o algo que me haya marcado. Prometheus no aporta nada nuevo. En ningún momento encendió mi interés más allá de un mero entretenimiento de fin de semana.

Llevo muchos años viendo películas de ciencia ficción (quizá demasiados). He visto glorias como Metrópolis, El Día que Paralizaron la Tierra o La Invasión de los Usurpadores de Cuerpos y porquerías como Fantasmas de Marte o las remakes modernas de películas viejas como El Planeta de los Simios o La Máquina del Tiempo. He visto El Viaje a la Luna de Mèliés y El Planeta Prohibido. Me he asombrado ante monstruos como los que aparecían en La Cosa de John Carpenter o Depredador y me reí de los extraterrestres de la década del 50. Invasiones tan ridículas como Plan 9 del Espacio Sideral o tan increíbles como La Tierra vs. Los Platos Voladores o La Guerra de los Mundos deleitaron mi afiebrada imaginación.

… y es por eso que te puedo asegurar que Prometheus no aporta nada nuevo a la ya vasta mitología fantástica. Tan solo es más de lo mismo, presentando únicamente un lindo envoltorio de excelentes efectos especiales.
Los protagonistas carecen del carisma necesario para hacerlos interesantes, incluso Charlize Theron que emula a una mala al mejor estilo Dallas o Dinastía,  y les es imposible poder competir con personajes tan arquetípicos como Ash, Kane, Dallas, Brett o la mismísima Ripley. Ni siquiera se pueden acercar a Bishop, Vázquez u otro de los protagonistas de Aliens el Regreso.

El guión de Prometheus es pretencioso, tratando de abarcar un megaevento de carácter cósmico que a veces parece quedarle un poco grande y no ayuda para nada al desarrollo del film.

El director y los guionistas, quizá apremiados la figura mítica que había alcanzado la exitosa Alien, terminaron transformándola en una suerte de pastiche entre esta y Aliens el Regreso. Al tratar de alejarse de los conceptos presentes en el film de 1979, con el fin de construir un nuevo universo en donde no se nombrara el tan temido concepto de precuela (que definitivamente lo es), el guión se torna confuso y algo reiterativo. Incluso, se dieron el lujo de tomar prestadas algunas ideas de otras películas... y cito como ejemplo el tema de las razas extraterrestres superiores que crean a los seres humanos para propósitos poco claros (ya visto en la mítica 2001, Una odisea espacial) o la presencia de seres vivos mutados en tentaculares monstruos multiformes (La Cosade John Carpenter). 
Cuando Ridley Scott dirigió Alien a finales de la década del 70, contaba con un presupuesto bastante escaso que lo obligó a agudizar su ingenio creativo con el fin de aprovechar cada dólar que le fue entregado. Ello lo llevó a crear climas oscuros que suplieran los fallos presentes en algunos de los efectos especiales sugiriendo, más que mostrando, a un monstruo apenas entrevisto. El resto lo dejaba librado a la imaginación y a los miedos de los espectadores que asistían a las salas de cine.
En esta oportunidad, Scott tuvo a su disposición mucho más dinero y tecnología de la desarrollada 33 años atrás. Devenido en un director acreditado, su idea de volver a las fuentes que lo habían hecho famoso fue recibida con gran entusiasmo. Pero muchas veces el poder disponer de una gran cantidad de dinero no siempre implica que tengas buenas ideas y, para mi pobre visión, la gran falla de Prometheus es justamente eso… carece totalmente de nuevas y atrevidas ideas.

A pesar de todos estos inconvenientes, el film se deja ver con agrado tanto por las viejas como por las nuevas generaciones que han sabido alimentarse del mito que Alien nos ha legado. A nivel visual me queda decir que, por primeras vez, pude ver un 3D con personas reales que funciona muy bien y que no se transforma en un ancla tecnológica, como me sucedió cuando fui a ver Thor o la última de Los Piratas del Caribe.

¿Promesas cumplidas? No lo sé. Tan solo el tiempo y ustedes, queridos amigos, tienen la potestad de decidir si Prometheus pueda llegar a verse transformado en uno de los grandes hitos de la historia del cine de ciencia ficción.


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